"Reflejos" de Esther Rubio

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La LLuz

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En un abrir y cerrar de güeyos la lluz estenar tres la solombra los perros agullaron abarruntando un adiós y foise lentu nel so caminar escontra un mundu meyor les cortines cerrar pa siempres de tanto dolor y yá nun hubo branos, nin fiestes tampoco alcuentros, solo despidíes porque dientro de ti, tou enmudeció. Yá nun hubo palabres pa enllenar la to vacio. Solo un leve sollutu que dibuxó un corazón. Nun hubo cantares, nin melodíes que solliviaren la to sensación de tar y nun tar. Solo'l pasu del tiempu puede ayudar a cerrar feríes, a difuminar alcordances a sentir na lejania un amor fondo . Con espacios, con notes lentes con pincelaes de clarooscuro. Interpretando'l to papel nel teatru de la vida que s'antoxa tragi-risible. nel que nun se puede analizar nin afondar . Pos paez que tou va entendese cuando sol mantu de la verdá déasenos la respuesta a tantes despidíes nel momentu del nuesu adiós.
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La caverna

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La caverna Y sale el oso Desperezándose de ese sueño Tan largo que lo mantuvo En el invierno dormido. Y brotan las aguas de la roca Cantan los grillos esa canción Tan peculiar. Las zarzamoras se enredan por mi piel de oso cavernario. En la caverna todo era oscuridad Me daba miedo salir a la superficie Veía sombras que me perseguían Desde arriba, y eran muy grandes Me sentía tan protegida allí abajo Pues estaba segura de mí. Pero algo me impulsaba a salir Afuera y por fin Vi la luz. Nada era como lo había Imaginado Todo era hermoso Y había un círculo amarillo En el cielo que me daba calor. Ya no sentía frío. Y mis sombras ahora Me seguían contentas Ya nada fue como antes. Todo cambio al abrir los ojos Mi piel de oso quedó tendida En el suelo de la caverna. Que ahora solo parecía un Agujero en la tierra. Esti Rubi
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La galleguita de la pampa

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Era una niña regordeta nacida en San Lorenzo, distrito de Santa Fe, a la que le encantaban los caramelos que le traía su padre de la fábrica donde trabajaba, era muy caprichosa, pero para calmar sus estados emocionales estaba el agua fría del grifo donde la ponían para apaciguar tanta rabia contenida.  A pesar de su cuerpo rellenito; parecía una manzanita sonrosada y preciosa con unos ojos verdes como esmeraldas. Se crío en una familia en la que sus hermanos tenían la voz cantante, mientras ella y sus hermanas pasaban desapercibidas. Era la benjamina; "rebelde, egocéntrica y defensora de las causas perdidas", si se pasaba de la raya , recibía unas buenas nalgadas que le dejaban el culo tatuado con cinco enormes dedos.   Una niña que estaba llamada a ser más que esa manzanita, más que esa mocosa con un temperamento desbordante. En la adolescencia contoneaba su cintura lo que su figura le permitía.  Asi conoció a Sarmiento, un chico que le llevaba 17 años, un emigrante
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